LA CONSTITUCION DE 1940 Y LA CONSTITUCION COMUNISTA

Claudio F. Benedí

En Cuba se escenifica, clara e inequívocamente, el choque histórico más grave de nuestro tiempo, precisamente en la vertical oposición entre las dos constituciones: la democrática de 1940 y la comunista de 1976 y sus modificaciones.

Ambas constituciones constituyen las dos representaciones institucionales opuestas e irreconciables, radicalmente antagónicas religiosa, filosófica, ideológica, patriótica y cultural, que no pueden de ninguna forma coincidir, ni existir en un mismo país al mismo tiempo, porque se excluyen radicalmente.

La constitución democrática, como en el caso de Cuba en la Constitución de 1940, tiene en su preámbulo a Dios y su artículo básico son los derechos humanos inalienables e imprescriptibles, que el estado y el gobierno que rija allí tienen que respetar y coadyuvar al pleno ejercicio de esos derechos, lo que significa que la persona humana tiene todos los derechos humanos y el estado no tiene ninguno de esos derechos, sino la obligación de reconocerlos y respetarlos.

En contraposición a todo ésto está la constitución comunista y sus modificaciones en Cuba. Esta constitución comunista empezó por eliminar a Dios, porque los comunistas no creen en la existencia de Dios, y eliminaron los derechos humanos y expresaron que el Estado (lease el régimen comunista) tiene todos los derechos y la persona humana no tiene ningún derecho frente al estado, o sea frente al derecho del regimen comunista.

Este acontecimiento transcendental de nuestro tiempo es lo que marca la diferencia substancial, no es la economía como los comunistas han propagado para justificarse y engañar. Es la negación de la persona humana como categoría, como criatura humana, creada por Dios, pero como los comunistas no creen en Dios, ese Dios que no existe para ellos no ha podido crear a la persona humana, así queda la persona humana inerme, sin ningún derecho frente al regimen comunista y si la persona humana no ha sido creada por Dios ¿quien la creó? Se plantea ahí mismo el grave problema de nuestro tiempo ¿de donde venimos? ¿en que creemos? Y cuando nos muramos ¿a donde vamos?, y para nada de esto, que es básico y fundamental en nuestras vidas, tiene respuesta el comunismo y por eso se produce una angustia existencial, que es hoy fundamentalmente lo que existe en la Cuba comunista

El regimen comunista de Castro no ha podido abrogar ni anular la Constitución de 1940, ni tiene facultades para hacerlo, por todo lo cual esa Constitución de 1940 está vigente en el exilio y en la conciencia del pueblo cubano, allá en Cuba, con Dios y todos los derechos humanos, y regirá plenamente pronto cuando liberemos a Cuba del comunismo.      

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