DEMOCRACIA VS COMUNISMO: DOS ESTRUCTURAS EXCLUYENTES

Ruben A. Ricardo

En Cuba hoy se escenifica el drama trágico de nuestro tiempo, la lucha, el combate total y excluyente entre dos filosofías políticas, dos ideologías, dos estructuras de gobiernos que no pueden simultanearse ni complementarse, donde gobierna una la otra no puede existir.

No pueden haber concesiones de ninguna clase en un régimen comunista como el de Cuba, por ejemplo, pueden haber tolerancias amañadas, permisos limitados, "aperturas" simuladas, fabricadas por el régimen comunista para completar o reforzar el dominio total del régimen comunista y para engañar a los enemigos internos y externos de la realidad política de Cuba.

Ahí tenemos el uso indiscriminado de las palabras, calificativas como izquierdistas, socialistas, oposicionistas y otros nombres que facilitan encubrir al comunismo. Ahí tenemos como ejemplo histórico de gran importancia de lo que ha hecho la diabólica propaganda comunista para justificar la presencia y permanencia del régimen comunista de Castro en Cuba.

Esa propaganda diabólica ha presentado a la Cuba ante la toma del poder por el comunismo en 1959, como un país abrasado, subdesarrollado con grandes injusticias sociales, con marginados y prostíbulos diseminados por el país, y con un alto índice de analfabetismo. Toda una farsa propagandística que desgraciadamente para la democracia, para la libertad y para Cuba una gran parte de la prensa, la radio y la televisión de Estado Unidos, de América y de Europa, y del mundo se han "tragado" la propaganda comunista y la repiten como papagayos amaestrados, aún hoy.

Toda esa propaganda comunista está desmentida por la verdad histórica de Cuba, por documentos irrebatibles, por informes de entero crédito que obran en todas las bibliotecas del mundo libre.

Todo lo que ha dicho y propagado el comunismo de Cuba contra la Cuba del pasado es, sin embargo, la Cuba comunista hoy espiritual, moral y materialmente.

Por todo esto y mucho más no puede haber integración, ni simultaneidad entre la estructura comunista de Cuba hoy y la democracia. Tampoco puede haber en Cuba una apertura, paulatina y continuada del régimen comunista para permitir un proceso de conversión paulatina del comunismo en democracia. Todo es absurdo, contraproducente y negativo y eso represa la lucha por la democracia y libertad en Cuba.

La solución es la vigencia y aplicación de la constitución cubana de 1940, para regresar a nuestros valores y principios, a Dios y a los derechos humanos, a la persona humana como categoría.   

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